LA
ABUELA MATILDE Y LA CURACIÓN DE LA SARNA CON UNA LEÑA ENCENDIDA.
ERMG
Un
día encontré a la abuela aplicando a una señora brasas ardientes. Le curaba las
entradas de la sarna con esos palos encendidos. Me dijo que había probado ese
método curativo sobre su propio cuerpo. Más tarde, como médico y profesor de
Historia de la Medicina, me enteré de que ese tratamiento tiene su origen en una
tradición indígena que llegó hasta la abuela de alguna manera. Alejandro de Humboldt(14 de septiembre de 1769) en su
libro “Viajes a las regiones equinocciales del Nuevo Continente” escribe que
una vez enfermó de sarna y fue curado por una mulata “conocedora a fondo de
todos los pequeños animales que minan la piel del hombre: la nigua, el nuche,
la coya y el arador. La curandera calentó la punta de un pequeño pedazo de
madera en una lámpara con la cual pinchó los surcos hechos en la piel”.