ÁREA DE CIENCIAS DE LA SALUD. MORROS DE SAN JUAN

ÁREA DE CIENCIAS DE LA SALUD. MORROS DE SAN JUAN

X PROMOCIÓN DE MÉDICOS CIRUJANOS.

X PROMOCIÓN DE MÉDICOS CIRUJANOS.
UNERG.2010

PADRINO DE LA PRIMERA PROMOCIÓN. MISIÓN SUCRE.

PADRINO DE LA PRIMERA PROMOCIÓN. MISIÓN SUCRE.
ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD.

I PROMOCIÓN DE DERMATÓLOGOS.UNERG.2001

I PROMOCIÓN DE DERMATÓLOGOS.UNERG.2001
DERMATÓLOGOS.2001

PLACA DE RECONOCIMIENTO

PLACA DE RECONOCIMIENTO
X PROMOCIÓN DE MÉDICOS.UNERG.2010

AFICHE.X PROMOCIÓN DE MÉDICOS.UNERG.2010

AFICHE.X PROMOCIÓN DE MÉDICOS.UNERG.2010

miércoles, 18 de marzo de 2009

LA MEDICINA EN EL GUÁRICO DURANTE LA COLONIA


ALEJANDRO DE HUMBOLDT. GRAN SABIO ALEMÁN.

MAPA DE VENEZUELA DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL


La Medicina en el Guárico durante la época Colonial

Por: Dr. Edgardo Malaspina

CAPÍTILO 2.

El desarrollo de la medicina en la Provincia de Venezuela durante el régimen colonial se ubicó preferiblemente en la ciudad de Caracas. En las otras ciudades que conformaban la Capitanía el progreso de las instituciones y los servicios médicos fue lento. La medicina era ejercida por curanderos, barberos y escasamente por médicos diplomados. En la mayoría de los casos los métodos empleados constituían una combinación proveniente de las prácticas indígenas y los conocimientos europeos.

El primer hospital del país se construye en Barquisimeto en 1582, y de estos establecimeintos médicos tenemos conocimientos por los periplos de los dignatarios de la iglesia, quienes tenían la potestad de visitarlos. El Obispo Martí da testimonio de que en el siglo XVIII existían hospitales en Caracas, La Guaira, Maracaibo, Carora, El Tocuyo, Trujillo, Guanare, San Felipe, Barquisimeto, Valencia, San Sebastián de los Reyes y Puerto Cabello. El Obispo constata que no hay hospitales en Nirgua, Ospino, Araura, Villa de Cura y Calabozo; por lo que toma medidas para fundarlos en esas ciudades.

No obstane el 30 de julio de 1805 el Obispo Ibarra elabora una lista de ciudades con hospitales existentes en el país. Allí aparecen: Caracas, La Guaira, Puerto Cabello, Valencia, San Felipe, Barquisimeto, El Tocuyo, Carora, Guanare y San Sebastián. Como notamos, ningun pueblo del Guárico es nombrado.

San Juan de los Morros con pocos habitantes y sin Médico

Aunque estuvo hasta el 28 de noviembre como párroco de San Juan de los Morros, Domingo de Herrera, renunció al curato el 2 de julio de 1783. Alegaba motivos de salud, desamparo y escasez del pueblo y la falta de médico y medicinas.

“En 1804 la población es de 800 vecinos, y el pueblo es tan pequeño que no tiene más de 30 casas. Sus moradores son pobres. Don Silvestre Alonso Mena falleció el año anterior. Era un sujeto de arraigo y comodidad y en 1802 estaba muy quebrantado...”

“En 1805 la población era de 1500 habitantes”.








El Médico examina a quienes se alistan en el ejército en Calabozo en 1779

En 1779 el Teniente de Justicia busca hombres para combatir las cimarroneras en las montañas de Tiznados. Un francés es llamado pero se niega ir al servicio. El teniente de Justicia expone: “Cuando eché las cajas para juntar gente, un francés que está avecindado en esta Villa, llamado Reinaldo, que ha sido soldado o cabo veterano, no quizo parecer donde concurre la gente y necesitando yo en este lance tanto a un hombre que había servido, para que diese algunas instrucciones al cabo, por ser hombre del país; y siendo necesario se hiciese cargo de algún piquete lo llamé y dí la órden de alistarse para ir; pretextome al principio estar enfermo de una pierna, visto que no; pretextó dijo tenía pujos, reconociéndolo el médico y no lo encontró enfermo...”



Un Juicio a un curioso de Calabozo en 1791 nos da luces sobre la situación médica regional

Como ya se observó en la colonia los médicos y curiosos ejercieron el arte de curar indististintamente. A veces los curiosos demostraban mayores o iguales conocimientos que los galenos, producto de su experiencia y práctica. Por otro lado la lucha contra ese ejercicio ilegal se hacía difícil por cuanto los graduados eran muy pocos.

Don José Romualdo de Silva Arrechadera era una especie de curioso y médico que ejercía en Calabozo, y en 1791 fue acusado por el Regidor del Cabildo, Francisco Javier Gutiérrez Noriega. El juicio llegó hasta la Real Audiencia.

La acusación del Regidor era sencilla: Silva ejercía ilegalmente la medicina en la Villa de Calabozo, había causado la muerte de varias personas, entre ellas la de una esclava suya, cuyo valor reclamaba. A favor de Silva esta una parte del cabildo, el cura y Vicario Don Juan Angel Leal, el Sub – delegado de Real Hacienda Don Carlos del Pozo, el Alcalde Ordinario de primera elección Don Rafael Villamediana, el Escribano Demetrio Montiel, el Alferéz Real Don Juan Delgado, el pbro Br. Diego Pasquier, cura Doctrinero de la Santísima Trinidad y el pbro. Don Jorge Antonio García, cura Doctrinero de Nuestra Señora de los Angeles.

Las personas arriba mencionadas abogaban en la defensa de Silva: “El acierto con que Romualdo está ejerciendo la medicina en Calabozo desde fines del año ochenta y siete, un genio afable y humilde, por cuya razón ha merecido que lo atiendan y favorezcan con su cariño y trato de piedad con que mira a los enfermos, con particularidad a los pobres a quienes no sólo visita sin interés, sino que le suministra los medicamentos y alimentos en su propia casa, sin haber sido oido jamás que alguno se le haya muerto sin confesión...”

El abogado defensor de Silva ante la Real Audiencia, en su interveción arroja bastante luz sobre el ejercicio de la medicina en los pueblos de Venezuela para esa época. Decía el abogado que era imposible atender a la ciudad de Caracas con los médicos titulares y con mayor razón a la provincia, “por ello no es cosa monstruosa ni rara, que curen en los pueblos, villas y ciudades fuera de esta capital, los que carecen de principios en las universidades y colegios, pues aquí mismo (Caracas) se encontraban muchos que en calidad de curiosos lo hacen con aceptación del público, y aun allí (en Calabozo) lo practica el propio Don Francisco Noriega y otros muchos, sin tener como tiene Romualdo licencia del protomédico desde agosto del ochenta y nueve, autorizada con el pase y recibimiento del Cabildo (como se ve al folio trece y catorce), y siendo tan pocos los profesores que se hayan aun en esta ciudad, carecerían de consuelo los enfermos de toda la provincia sino pudiesen los curiosos recetarlos, cuya práctica siempre observada y necesaria, sólo pueden atenderla los Jueces Territoriales para con los desaciertos en sus curaciones, falta de caridad para con los pobres, o de costumbres corrompidas y del mal ejemplo pero no con un sujeto como Romualdo a cuyo favor certifican los mismos jueces y los cabezas y personas principales de la Villa de Calabozo...”

De esta exposición se desprende que en aquella época el ejercicio médico de los curiosos era necesario.



El Dr. Cousín recibe a Humboldt en su casa

El Dr. Miguel Angel Cousín nació en Calabozo entre los años 70 y 80 del siglo XVII.

En 1800 estuvo trabajando en la Intendencia de la Real Hacienda en Calabozo.

Cuando Alejandro de Humboldt visitó Calabozo, el Dr. Cousín le dio alojamiento en su casa. Además lo ayudo, junto a Carlos del Pozo, en sus actividades científicas.




Rezar de rodillas puede afectar la salud

Durante la colonia, el sexo, las diferencias sociales y raciales tenían sus consecuencias discriminatorias. Eso lo constatamos una vez más en el siguiente relato. Además observamos que ponerse de rodillas puede afectar la salud. Notamos también la muy difundida práctica de enterrar los muertos en las iglesias, cuando en otros países ya existían normas sanitarias para reglamentar los cementerios.

El siguiente episodio sucede a finales del período colonial en el Guárico: “palacio de la Suprema Junta 8 de enero de 1811.

Vista por los señores de ella, la nueva instancia que hace José Félix Salinas, vecino del pueblo de San Francisco de Tiznados, quejándose del Justicia mayor de la Villa de Calabozo por no haber dado cumplimiento a lo decretado por S.A. el veinte y seis de noviembre último, en que se ocupara y mantiene a dicho Salinas en la posesión y uso de la Alfombra que se le había concedido para su mujer y su familia, a pretexto de la aparición que se dice hicieron varios vecinos blancos de aquel partido: y teniendo en consideración la necesidad que autoriza semejante uso en las mujeres para conservar el aseo y limpieza de sus ropas, y preservarlas de los males que se les originan en la salud por la situación con que se colocan en las Iglesias, y humedad que generalmente conservan los suelos de éstas a causa de darse en ellas sepultura a los cadáveres de los difuntos, y particularmente en la de los campos por su temperamento y pocas precauciones; hallándose por consiguiente en disposición de causas mayores y unas frecuentes enfermedades, lo que no sucede en otras muchas partes, que por estar los templos con el aseo, decencia y precauciones necesarias, y ser naturalmente seco el piso, no se ha introducido semejante uso de tapetes. Dijeron que debían declarar, como declaran, por punto general: que el uso de estas en el otro sexo, es permitido a toda persona sin distinción alguna, y que sobre ellos ni debe hacerse ni consentirse se haga novedad que lo impida...”


(Para citar este artículo: Malaspina, Edgardo. Historia de la Medicina en el Estado Guárico. Gráficas Los Morros. San Juan de los Morros. Edo. Guárico. Venezuela. 2006 )

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