EN LA CASA DE RAFAEL RANGEL.
Edgardo Rafael Malaspina Guerra
1
Aunque su nombre indígena
significa “lugar donde hay candela”,
Betijoque es un pueblo fresco. Llegamos a la plaza en cuyo centro está una
estatua del padre de la parasitología venezolana, Rafael Rangel. Las
inscripciones son muy elocuentes: “A
pesar de haber sido perseguido por negro, día llegará en que su figura en
blanco mármol mantendrá el recuerdo de la luz que derramó sobre la ciencia de
la patria”. “Cerebro fuerte para la concepción científica, aquel investigador
de la verdad tenía el alma de un niño.”
2
La casa donde nació Rangel el 25 de abril de 1877, y que hoy funciona
como museo, es pequeña. La custodia el señor Venancio Leiteler, un uruguayo que
llegó a nuestro país hace varios lustros. Nos ofrece café y amablemente nos
muestra el microscopio de Rangel con el cual hizo sus descubrimientos. Luego
vamos a las vitrinas con las pertenencias del sabio, sus libros, sus
documentos, implementos de laboratorio, fotografías, y el pequeño ataúd, donde
fueron colocados los restos exhumados de Rangel para trasladarlos al Panteón
Nacional en 1977.
3
Salimos y en
el patio-jardín de la casa
conversamos de la vida y calidad humana
de Rangel. Sus primeros trabajos de laboratorio se relacionaron con pacientes
anémicos. Rangel descubrió el anquilostomo como causante de la enfermedad y eso
le valió el premio Vargas de la Academia Nacional de Medicina. Salvador Lara
habla de los estudios de Rangel sobre la
derrengadera en los caballos en el fundo del Tuerto Vargas.
4
Recordamos
sus investigaciones sobre la uncinariosis, el carbúnculo, un nuevo tipo de
micetoma, una nueva especie de mosquito; es decir su radio de acción como
investigador lo extendió hasta la bacteriología, la histología, la micología,
la entomología, la anatomía patológica (fundador del primer museo de anatomía
patológica de Venezuela) y la epidemiología.
5
Sobre Rangel se ha escrito mucho. Víctor
Manuel Ovalles fue el primero en hablar de su grandeza. El sabio Torrealba
dijo: La pasión por la investigación científica y las angustias económicas le impidieron
terminar sus estudios de medicina. Pero
así, siendo simplemente el Br. Rangel inició los estudios de parasitología en
Venezuela y funda escuela. Moisés
Feldman explica su suicidio como consecuencia de una depresión endógena. Pero
el doctor Marcel Roche, su mejor biógrafo, explica que Rangel se envenenó
porque no soportó la envidia y la intriga política luego de que combatió la
peste en la Guaira. Rangel lucha contra esa enfermedad en esa ciudad; y es el mismo doctor Bernard Rieux, de La Peste, de
Albert Camus, peleando contra el mismo mal
en Orán: Cumplen un mismo apostolado, tienen la misma angustia, y ambos
son centro de la ingratitud y la envidia.
6
A la caída de
Castro (el protector de Rangel) Gómez y su gente le negaron la beca (que ya se
había ganado por sus descubrimientos) y esta injusticia no la pudo soportar el
hombre de ciencia. Dicen que Rangel escribió unos minutos antes de
suicidarse: “La esperanza es un suplicio
infinito.” El siquiatra Feldman recuerda que Van Gogh antes de matarse dijo:
“Es inútil la tristeza dura toda la vida.”
(2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario