Edgardo Malaspina: Entre
la lectura y la escritura |
Recientemente, el
médico guariqueño Edgardo Malaspina publicó Medicrónicas (2015), un texto que
tiene como pretexto un viaje justificable por el viejo mundo. Un recorrido por
Grecia e Italia, travesía que lo lleva por lugares plenos de historias médicas
y por espacios cargados de historias humanas.
Por José Obswaldo Pérez
Edgardo Malaspina tiene
dos cosas que todo médico debería aprender: La lectura y la escritura. Sí,
estos dos actos son dos actividades inseparables y esenciales en la actividad
de la medicina. Son el puente para la comprensión y la búsqueda de significado.
Una manera de dar sentido al mundo y a nuestra experiencia. Como Miguel de
Cervantes señaló en su Quijote que: “El que lee mucho y anda mucho, va mucho y
sabe mucho”. O bien, esta máxima norteamericana: Good readers make good doctors
(=Los buenos lectores hacen buenos médicos).
Quizás, por eso, el
galeno e historiador guariqueño Edgardo Malaspina escribió el libro
Medicrónicas Grecorromanas. Crónicas viajeras relacionadas con la Historia de
la Medicina (2015). El texto tiene como pretexto un viaje justificable por el
viejo mundo. Un recorrido por Grecia e Italia, travesía que lo lleva por
lugares plenos de historias médicas y por espacios cargados de historias
humanas.
Edgardo Malaspina y
Natalia, su esposa, son turistas de este paseo; cada lugar es una experiencia,
una anécdota, una descripción, una lectura que vuelve comprensibles los
acontecimientos. Malaspina se vale de la crónica, como arte narrativo, para
escribir menudas historias de lugares. La toponimia, de ese recorrido, comienza
en Atenas, la cuna de la civilización occidental; pero, también, de las
ciencias médicas. En Roma, Italia, encuentra los recuerdos de familia.
Malaspina es de ascendencia italiana; por eso, la memoria le hace elipse entre
Santa María de Ipire y Las Mercedes del Llano con sus ancestros napolitanos.
Medicrónicas es una
narrativa de oraciones cortas, amalgamadas con una prosa sencilla y amena,
cultivadora y exquisita. Ojalá nuestros estudiantes de medicina tengan el bien
de leerla, un buen ejemplo para aumentar la conciencia de los valores y de las
perspectivas que se llevan a la práctica.
Con este texto, Edgardo
Malaspina realiza un aporte a la historiografía de la narrativa médica. En esta
misma línea están sus ensayos sobre Literatura y Medicina (1998) que, además,
podemos sumar con Médico de Guardia del doctor Fernando Aular.
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