EN EL MUSEO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DE MARACAY
Edgardo Malaspina
1
Asistimos, Junto con el profesor Fernando
Rodríguez (presidente de la Asociación de Cronistas del Estado Guárico) a la
reunión de la directiva de la Asociación de Cronistas de Venezuela en la sede
de la Sociedad Bolivariana, ubicada en
el Museo de Antropología e Historia de Maracay. La edificación data de 1929. La
construyó Gómez. La guía me informa que allí en tiempos de la dictadura
gomecista funcionó una cárcel, y me muestra las rejas en un segundo piso. Se
han encontrado en el sótano esqueletos, supuestamente de presidiarios. En ese
sótano había un pasadizo secreto, usado por el dictador para realizar sus visitas
nocturnas a sus amantes, eso comenta. También allí estuvo un banco: una caja fuerte
oxidada, en un rincón oscuro es la prueba de lo que me dice. La caja fuerte
presenta cortes, hechos con un soplete. Es decir, alguien que no tenía la clave
la abrió y extrajo sus tesoros, seguramente. Divagaciones oscuras como el
rincón donde se encuentra.
2
El
museo está abandonado: muchas de las muestras han desaparecido, por los
corredores externos los buhoneros han instalado sus tarantines y la
suciedad y los olores nauseabundos son
los reyes de esos espacios.
3
Hay
unos departamentos dedicados al pasado indígena de la ciudad, al cual no
tenemos acceso. En la sala dedicada a Bolívar está un mueble donde supuestamente se arrodilló el
Libertador con su novia a la hora de contraer matrimonio. No sabemos si esa
pieza es original o copia. También está allí
una especie de cofre con tierra de la iglesia de Madrid donde se casó
Bolívar.
4
En
el departamento con algunos objetos de Juan Vicente Gómez hay una estatua
ecuestre del hombre que gobernó el país por casi treinta años. Es negra, de
mediano tamaño y parece de bronce. Una silla de la época y unos grandes espejos
con marcos dorados de hermosos detalles, se cuentan entre el exiguo muestrario
que estaba en la casa de gobierno, desde
donde Gómez mandaba en Maracay.
5
Llama la atención una mascarilla, en yeso, de
Gómez, hecha por el Dr. León Cajolo, según la leyenda que está en esa vitrina.
Cuando escribí la biografía de Julio De Armas, quien hizo la autopsia del
dictador, encontré los nombres de los médicos que estaban alrededor de Gómez en
su lecho de muerte, y allí no figura el Dr. León Cajolo.
6
Salimos
del museo .Salvador Rodríguez, cronista de San Casimiro, me muestra sus
apuntes. Allí encuentro un pensamiento de Confucio: “Quien volviendo a hacer el
camino viejo aprende de nuevo, puede considerarse un maestro”. Esa es la clave
del proceso de aprendizaje-enseñanza.
7
Fernando Rodríguez, su primo militar
y yo vamos en la tarde a recorrer las calles de la ciudad. A las siete de la
noche hay una soledad que espanta. El militar dice que la inseguridad acabó con
la vida nocturna.
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