BERTRAND RUSSEL SOBRE LA LIBERTAD Y LAS UNIVERSIDADES
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
En
el ensayo “Por qué no soy cristiano” (Conferencia de 1927 y libro publicado en
1957.) Bertrand Russel hace una crítica a las religiones, pero especialmente al
cristianismo, fundamentando sus argumentos en los propios textos bíblicos y en
el sentido común. De esa manera encuentra las contradicciones de los personajes
y los autores de la Biblia.
Pero
también se ala libertad y a labor de los profesores universitarios
1
La
esencia de la libertad académica es que los profesores deben ser elegidos por
su conocimiento del tema que van a enseñar, y que los jueces de este conocimiento
deberían ser otros especialistas.
2
Los
enemigos de la libertad académica sostienen que hay que tomar en consideración otras
condiciones aparte del conocimiento que tenga un hombre de su especialidad.
Debe, según ellos, no expresar nunca una opinión contraria a la de los que
detentan el poder.
3
Una democracia en la cual la mayoría ejerce
sus poderes sin restricción puede ser tan tiránica como una dictadura.
4
La
tolerancia de las minorías es parte esencial de una prudente democracia, pero
esa parte no se recuerda siempre lo bastante.
5
Los
profesores de universidad deben ser hombres con conocimiento y experiencia
especiales que les permitan enfocar las controversias de un modo que arroje luz
sobre ellas.
6
El
hombre o la mujer que va a desempeñar un puesto docente oficial no debe ser
obligado a ostentar las opiniones de la mayoría, aunque, naturalmente, la
mayoría de los maestros lo haría.
7
La
uniformidad de opiniones en los maestros no debe ser buscada, sino, de ser
posible, evitada, ya que la diversidad de opinión entre los preceptores es
esencial a cualquier educación sana.
8
Ningún
hombre puede pasar por educado cuando sólo ha oído hablar de un aspecto de las
cuestiones que dividen al público.
9
Una
de las cosas más importantes que se debe enseñar en los establecimientos
docentes de una democracia es el poder de sopesar argumentos, y el tener la
mente abierta y preparada de antemano a aceptar el argumento que le parezca más
razonable.
10
En
cuanto se impone una censura en las opiniones que los profesores pueden
expresar, la educación deja de realizar sus fines y tiende a producir, en lugar
de una nación de hombres, un rebaño de fanáticos.
11
El
soldado romano que mató a Arquímedes, si en su juventud se vio obligado a
estudiar geometría, tuvo que experimentar un placer especial al terminar con la
vida de un malhechor tan eminente.
12
La
persecución de las formas impopulares de la inteligencia es un peligro muy
grave para cualquier país, y con frecuencia ha sido la causa de la ruina
nacional.
13
La
sabiduría colectiva, desdichadamente, no es un sustituto adecuado de la
inteligencia de los individuos. an sido impopulares, naturalmente. Sócrates,
Cristo y Galileo incurrieron igualmente en la censura de los ortodoxos.
14
Las
nuevas esperanzas, las nuevas creencias y los nuevos pensamientos son siempre
necesarios a la humanidad, y no puede esperarse que surjan de una absoluta
uniformidad.
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