EL
CEREBRO Y LA LECTURA
La
ciencia confirma que leer cambia nuestro cerebro
Todos
dicen que leer ayuda de muchas maneras, pero ya se comprobó que le da
beneficios a nuestro cerebro. Aquí te contamos todo
Por
Sergio Hidalgo
7
de julio de 2021 |
Todos
hemos escuchado, ya sea en viva voz de algún profesor o en alguna campaña de
fomento a la lectura, que leer nos hace mejores personas.
Pero,
más allá de una cuestión moral o de incremento de nuestro conocimiento, la
ciencia parece haber descubierto que leer nos cambia más de lo que pensamos.
Así
es, una investigación científica descubrió que la lectura afecta directamente a
nuestro cerebro.
El
cerebro y la lectura
Existen
muchos tipos de lectores, desde los jóvenes que disfrutan leer fantasía y
ciencia ficción hasta los estudiantes universitarios que leen en una semana
varios libros técnicos de cientos de páginas para pasar una examen.
Muchos,
más allá de las obligaciones escolares, disfrutan toda la vida leer un buen
libro, sin importar el género. No es raro encontrar en los parques, cafés y en
los asientos del transporte público a muchos lectores apasionados con sus
libros.
Justo
por ser, en apariencia, seres pasivos la mayoría no se da cuenta de que tienen
un sistema neuronal más desarrollado que el común de los humanos, pero así es.
Investigaciones
recientes han descubierto que leer ayuda a desarrollar nuestras capacidades
cerebrales más allá de lo normal.
Leer
y las neuronas cerebrales
El
neurocientífico español Manuel Carreiras dirigió un estudio con investigadores
de diferentes partes del mundo que afirma que el cerebro de los lectores
contiene una mayor concentración de materia gris.
De
acuerdo con la investigación, la lectura ayuda a construir redes neuronales más
firmes y eso permite una mayor concentración de materia gris, la que comunica a
los dos hemisferios cerebrales.
Para
llegar a sus conclusiones, el equipo a cargo de Carreiras midió la actividad
neuronal de un grupo de adultos recién alfabetizados con la de otro grupo de
lectores veteranos.
“Al
leer, tres áreas de la corteza exterior del cerebro trabajan: el lóbulo
frontal, encargado de procesar las imágenes; el lóbulo occipital, que asocia
los símbolos que percibimos, o sea, las letras con un significado, y también el
lóbulo temporal. Se ven claras diferencias morfológicas entre los cerebros de
aquellos que leen y aquellos que no”. indicó Carreiras.
De
acuerdo con las palabras del investigador, los lectores desarrollan más ciertas
áreas del cerebro, el lóbulo frontal para construir en nuestra cabeza las
imágenes de lo que leemos; mientras que para la asociación de símbolos (las
letras) echamos mano del lóbulo occipital.
Algunas
lecturas son mejores que otras
Ya
sea lectura tradicional o lectura digital, comprender las palabras de un libro
es una tarea ardua para el cerebro.
“El
cerebro es un órgano muy plástico. Y leer es para la mente como ir al gimnasio.
Desencadena procesos complejos y automatizados. Por eso nos parecen tan
simples”.
De
tan común, a veces obviamos que la lectura es compleja. Leer implica un dominio
del lenguaje, pero también la habilidad para descifrar los símbolos gráficos y
la capacidad de construir imágenes entorno a ellos. Todo en cuestión de
segundos.
“Además,
cuando leemos un texto predecimos, rellenamos. Hay procesos de reconocimiento
de palabras. La lectura es dinámica y se hace salteando letras y pedazos de
palabras. Por eso, para ejercitar la memoria y retrasar los síntomas del
Alzheimer la mejor recomendación es leer habitualmente y hablar una segunda
lengua”
Eso
sí, el experimento de Carreiras también indica sí importa el tipo de lectura
que realizamos. No es lo mismo leer un cómic de Archie que un libro técnico, y
no tiene que ver la calidad de la lectura en esto, sino la forma en que ésta
estimula a nuestro cerebro.
Un
texto complejo estimulará mejor nuestras neuronas, y un libro demasiado
sencillo no nos ayudará a pensar mejor.
Resumiendo,
y explicando todo de manera simple, la lectura constante nos aporta una
predisposición a crear relaciones mentales de mayor calidad, pero es igualmente
importante tomar en cuenta el tipo de información que leemos.
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