EL HAMPA EN LOS HOSPITALES

EN HAMPA EN LOS HOSPITALES

 

DESDE HACE 10 AÑOS SE INTENSIFICARON LOS HECHOS DE VIOLENCIA

Médicos temen a los Magallanes de Catia

Dos años atrás cuatro residentes se escondieron por 24 horas porque fueron amenazados de muerte

Sujetos armados han ingresado a pabellón, sacado a pacientes y obligado al personal a atender a los suyos

ANA MARÍA LÓPEZ

"¡Corran, escóndanse yo voy a llamar a la policía!".

Exclamó el jefe de servicio de cirugía, Roger Escalona, a sus cuatros residentes, quienes minutos antes habían atendido a una señora que inicialmente había ingresado al área de medicina interna y que horas después murió.

Los hijos de la señora, tres mujeres y cuatro hombres ignoraron la explicación de los residentes, quien les informaban del fallecimiento de su madre y quien ingresó con un estado de salud comprometido.

De inmediato las amenazas y gritos se escucharon en el servicio de cirugía. Los jóvenes, fueron señalados y apuntados con armas de fuego acusados de no haberle salvado la vida a la paciente. La situación se puso tensa, recuerda Escalona, "por eso les dijo que se escondieran, mientras que detrás de ellos iban los hijos de la paciente".

Después de recorrer diferentes pisos, lograron despistar a los agresores y esconderse en el cuarto de residentes por 24 horas.

Una referencia de trabajo del hospital Los Magallanes de Catia es como un certificado de haber aprobado un curso de alto riesgo. La grave situación de violencia que ocurre en ese centro de salud se ve afectada no solo por estar ubicado en una zona de inseguridad, sino que en el lugar no hay cuerpos policiales que eviten que hombres armados ingresen a la institución amenazando a médicos y personal de enfermería.

Los trabajadores de la salud de ese centro denuncian que todos los días son agredidos verbal y físicamente por pacientes y familiares. La gravedad de la situación ha hecho que especialistas y estudiantes de postgrado no acepten las ofertas de empleo, ante el temor de ser asesinados por delincuentes, quienes exigen con ar

mas en mano salvar la vida de los enfermos.

La historia que rememora Escalona es de hace dos años. Recuerda las largas horas de desesperación. No solo por parte de los cuatro resientes que estaban siendo buscando con ansias por las personas, quienes llenas de iras no entendían que los profesionales habían hecho todo lo médicamente posible por salvarle la vida a su madre.

Cuando finalmente llegaron los funcionarios de la Policía Nacional, a pesar de que confirmaron que los sujetos estaban armados, no se los llevaron detenidos ni se abrió una averiguación. "Tuvieron que convencerlos de salir del hospital". Además a los residentes los sacaron escondidos por la parte de atrás.

Al día siguiente, la tensión volvió a centrarse en los Magallanes de Catia, ya que treinta motorizados, llegaron al hospital para esperar a los residentes y volver a agredirlos. Esto llevó a que el jefe de servicio de Cirugía tomara la decisión de remitirlos a otras instituciones.

Para el momento, los médicos involucrados, el director y representantes de consultoría jurídica denunciaron el caso en la Fiscalía.

Sin embargo, hasta la fecha no han llamado a nadie para abrir un expediente.

Este no ha sido el único caso de gravedad. En una oportunidad, sujetos ingresaron al quirófano mientras los médicos realizaban una cirugía. "Ellos metieron a su familiar, que estaba herido de bala y sacaron al otro paciente que estaba siendo intervenido, aún bajos los efectos de la anestesia", comenta Escalona.

SE INTENSIFICÓ

Personal de la institución siempre ha estado expuesto a agresiones, pero "de 10 años para acá la cosa se ha intensificado. Entonces tenemos que poner un papel en la entrada donde dice que no hay especialistas en tal servicio" y así los familiares no están tan a la defensiva.

A pesar de esas previsiones, no dejan de ser victimas. En hechos en los que han solicitado la presencia de la Policía Nacional o la Guardia Nacional, Escalona asegura que nunca los han detenido y abierto una averiguación.

"Más bien, los convencen de abandonar la sede después de una larga conversación. Aún observando que tienen las armas, no los ponen presos".

 (Tal Cual, 26.8.2013)