EN ISNOTÚ
Edgardo
Malaspina
Temprano Salvador Lara y yo partimos a
Isnotú desde Valera. Juan, el chofer,
comenta que muchas veces ha llevado a
turistas al sitio sagrado y por eso se jacta de
conocer todos sus rincones . La mañana es fresca. En poco tiempo
llegamos. En el sitio donde estuvo ubicada la casa natal de José Gregorio
Hernández está su estatua, de pie, todo de blanco. Al lado se ubica una
capilla, donde todo el día hay misa. El museo contiene algunas reliquias del
santo y muchas pinturas alusivas a su vida. En los alrededores hay muchas
placas metálicas y exvotos. También el comercio florece con venta de mercancías-
reliquias relacionadas con José Gregorio
Hernández. Al frente de la casa del buen hombre hay varios comercios y pequeños
restaurantes muy limpios. Sirven
desayuno criollo con buenos platos y por poco precio. Esta visita sirve para
hacer algunas reflexiones.
A
escasos tres kilómetros de Isnotú está Betijoque, el pueblo natal de Rafael
Rangel, padre de la parasitología venezolana y alumno de José Gregorio
Hernández. Víctor Manuel Ovalles escribió sobre la relación tirante entre los
dos hombres. VMO insinuó que JGH pronunció expresiones racistas cuando RR se suicidó (¡Se mató ese negro!, y que dijo.).
No hay pruebas de nada, pero estoy convencido de que el chisme ha llegado al Vaticano, donde la
causa de JGH para su santificación está estancada. No obstante, ese es un rumor
que no debe opacar su grandeza . Aunque, claro, los ingratos, como decía José Martí
, son capaces de criticar al sol por sus manchas sin tener en cuenta que da luz
y calor.
Reviso
la biografía de JGH escrita por su sobrino Temístocles Carvallo: Afirmaba José Gregorio Hernández que la cultura
espiritual es más necesaria que la cultura
intelectual , y explicaba : “Todo hombre puede vivir sin conocimientos humanos , pero es muy
posible que le desaliente la vida si
carece de los rudimentos que le expliquen las razones de su existencia”.
Hernández
otorgaba gran importancia a la filosofía : “Ningún hombre puede vivir sin tener
una filosofía. La filosofía es indispensable para el hombre, bien se trate de
la vida sensitiva, de la vida moral , y en particular de la vida intelectual”.
JGH
Cultivaba también el estudio de las diferentes
artes, gusto que le viene desde muy niño. “No jugaba como los otros de su edad, tocaba
bien el piano y leía a Plutarco y a Kempis” .Durante su estadía en Paris en los
tiempos , durante el postgrado, de ocio tocaba el violín y asistía a los
conciertos .Luego al regresar al país solía tocar el piano de en vez en cuando.
Antes de ese periodo, en Isnotú, se dedicó a la pintura e hizo varios cuadros.
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