Medicina y costos
AMADEO
LEYBA FERRER*
I nglaterra, que tiene la inversión en salud más baja de los
países desarrollados la mitad del porcentaje asignado del Producto Interno
Bruto en comparación a los Estados Unidos de Norteamérica, mantiene la reputación
de disponer uno de los modelos asistenciales más reconocidos y elogiados. El
éxito lo sustentan en tener un amplio y fácil acceso para la medicina primaria,
la cual universalmente es de bajo costo, y el de mantener una justa y racional
barrera para el ingreso clínico hospitalario, que de por sí es de alta
inversión económica.
La gratitud manifestada en atención primaria es
estadísticamente significativa, ya que la mayoría de las patologías tratadas
tiene un resultado exitoso. En pediatría, por ejemplo, de 100 pacientes
atendidos 90 autolimitan la enfermedad sin mayor concurso del conocimiento
médico (ej. la gripe), 9 requieren del concurso del médico primario y sólo 1
necesitaría ser atendido por un especialista; por lo tanto, con el tiempo hemos
aprendido que en el "fenómeno de la gratitud del paciente" su mayor
sustento radica en el buen trato y estar disponible.
Años atrás, cuando era presidente de la Federación Médica
Venezolana, nos correspondió analizar el caso de un supuesto colega que ejercía
como médico general desde hacía 23 años en el Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales y que una investigación realizada demostraba que no era
profesional de la medicina y que tampoco había estudiado algún programa de
carreras afines.
En la obligación de conocer lo sucedido a los cientos de
pacientes atendidos por él, nos llevó a comunicarnos con el director del
Centro, quien estaba ajeno a esta información y al preguntarle el perfil
asistencial de esta persona, nos respondió: "...Es el mejor del Centro,
siempre está disponible y de buen humor...". El modelo de salud que maneje
estas dos primicias, aunado a una formación adecuada del profesional, cumplirá
el desiderátum del éxito de la medicina primaria.
La atención clínica hospitalaria, además de engorrosa, no
transmite la humanización que da la asistencia ambulatoria y es de facturación
extremadamente alta. El diseño de programas de atención primaria, como la del
modelo inglés, se traduce en un ahorro de 10 a 1 por caso visto. La nueva y
loable estrategia de que los 6 millones de empleados públicos tengan acceso de
ingreso a los hospitales privados, sin diseño de programa de contención
primaria, podría comprometer económicamente su viabilidad, ya que contraría el
axioma que reza: "No debe nunca convertirse al hospital en la primera
línea de atención médica".
*Presidente del Hospital de Clínicas Caracas
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